Había atravesado las capas de nubes y un sol
radiante bañaba todo el interior del avión. Se hizo de día y nació una perspectiva de futuro feliz. Nos escapamos de un país en guerra y en
donde nuestros pensamientos eran carbonizados con nuestros libros de historia. No somos cobardes, sencillamente somos
realistas y nos gusta mirar a los ojos de las personas vivas. No hay razón alguna para no seguir
nuestro objetivo de libertad personal y nadie, y repito nadie nos lo va a
prohibir. El amor a nuestra patria
es demasiado grande y por esto hemos decidido nuestro destino subiendo en este
avión. Recordaremos el aroma a
bosque húmedo. El olor a mar,
siempre. Aunque no volvamos nunca,
juro que mis nietos sabrán la verdad de mi pasado.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario