viernes, 8 de noviembre de 2013

EL MONARCA




El monarca es un hijo de puta. Ha visitado como aquel que va al dentista, a una señorita de esquina. Nada fea para ser de noche. Cuando llegó en su palacete, la monarca lo obligó a dormir en el sofá. Tenía pintalabios en la frente. Se quedó dormido pensando en la prostituta. Mientras dormía, el perro se le meó encima. Al día siguiente su hija, la princesa del reino, le contó que estaba preñada pero no se acordaba de quien. ¡Al monarca no le pueden faltar el respeto de esta manera!  Alguien podría pensar mal de la monarquía y la seguridad del país estaría en peligro.

miércoles, 6 de noviembre de 2013

EL PLACER




Me ajusto la corbata recién estrenada. Tengo la sensación de estar en un funeral, de pie, perplejo, sin saber bien como reaccionar ni como proceder. No me fío del aire que respiro, tóxico por la corrupción de mis compañeros y por el ahogo de sus egoísmos. Noto que estoy solo y lleno de poder. Mi firma ha hecho colgar a una persona estrujándole el cuello y quebrantándole la vertebras cervicales. He disfrutado viéndole morir. Esta contraposición de ideas y sentimientos me estimula para pensar en lo perverso y diabólico que soy y seguir en ese camino convirtiéndome en un experto manipulador y estrujador de emociones. Es curioso que me saque de quicio la gente poco leal y que ante un acto maligno me llene tanto de placer. Quiero pensar que el humano es así; que es una evolución de la humanidad correcta, pero en la realidad mas profunda de mi, prefiero ser algo único y exclusivo. Ser capaz de decidir el destino de otro sin piedad es maravilloso. Las elegancias y las formas no tienen que perderse en la obtención de la felicidad incomprendida por la sociedad contaminada y sin falta de criterio. Es por ese motivo que me he vestido de traje. 

martes, 5 de noviembre de 2013

TOMAR TE


Llega el momento de sentarse y tomar el te. A mi no me gusta el te y me pregunto cada día, porque lo tomo. Automáticamente me respondo a mi mismo que no lo sé. Bueno, tal vez un poco si que lo sé. La verdad de la cuestión es que me invitan y como no me cuesta ni un duro, por no decir que no, hago el esfuerzo de no quejarme y de simular una satisfacción placentera cuando me ofrecen tomar te. Otra cosa sería que me invitasen a una copa de cava catalán del bueno, bien fresquito, de aquél que tiene un color amarillo intenso y con las burbujas justas. No pondría pegas. Bueno, con lo del te, el que me lo ofrecía no era un “él” sino una “ella” y por lo tanto había argumentos de peso. La moza, se podría definir en primera instancia como a una mata-gordos; una vegetariana empedernida y predicadora de esta religión que depende de como, te puede matar. Me digo a mi mismo, es guapetona y es femenina que ya es algo y por un te al día, sale bastante bien de precio. ¡Pero que de aquí, no pase!
Es curiosa esta situación tan banal, pero estoy seguro que es más corriente de lo que parece y que más de uno se sentirá identificado con la situación. Parece mentira, pero afín de cuentas todos tenemos un patrón de comportamiento muy predictible. Aunque no entiendo porqué el te tiene olor a matarratas.

domingo, 3 de noviembre de 2013

EL BANCO DEL TIEMPO



Me encuentro que existe un banco del tiempo. Solo en pensarlo ya me encuentro mal y se me ha instalado una angustia en el estómago. Dudo de que se trata y si es lo que he pensado que era cuando lo he visto anunciado en un cartel publicitario. ¿Es un asiento para sentarse por un determinado tiempo? ¿Te guardan la plaza si te levantas para ir al baño? o mejor aún ¿Es un asiento en el cual te rejuveneces miraculosamente? Creo que debo ser más simple. ¡Ya lo tengo! Me levanto de golpe y gritando de alegría me orgullezco de la conclusión a que acabo de llegar. Es pura lógica. Tiene que ser una especie de entidad empresarial donde si uno ingresa dinero, al día siguiente hace buen día. 
Al cabo de una hora llegó mi novio y le hago una disertación oral de mis razonamientos respecto al banco del tiempo. Con la cara que ha hecho diría que ha quedado choqueado. Traga saliva y me dice: “No he visto nunca un banco del tiempo y tampoco he escuchado a acerca de ellos. Solo conozco a los bancos de semen y de peces, porque como ya sabes, soy pescador y me gusta rentabilizar mi cuerpo. ¡QueridoLa única cosa que te puedo decir es que te ha tenido que hacerte daño el yogurt caducado que te comiste ayer y te ha afectado tus sinapsis cerebrales”. Cuando terminó se fue a cultivar sus músculos en el gimnasio. 
Ahora si que estoy angustiado y encima desconcertado, pero claro uno no se pregunta cada día que es un banco del tiempo. Cierro los ojos, me concentro otra vez y… Ahora si que lo tengo. Escuchad: Si tengo horas libres, en vez de malgastarlas comiendo pipas y mirando una película romántica mala de Hugh Grant, las deposito en este banco para utilizarlas más adelante. En esencia el banco de semen, hacen esto. Congelan a los “semi-bebés” con nitrógeno líquido y luego los utilizan más adelante. Llegado a ese punto tropiezo con otra pregunta: ¿Cómo congelan las hora libres con nitrógeno líquido, para luego reutilizarlas?